
“Me pareció que eras vos” - le dije.(Sí, muy mal comentario. Mientras lo decía ya me estaba arrepintiéndo.)
La voz era la misma pero está muchísimo más gordo, muchísimo más pelado, con muchísimas más arrugas y... con muchísima menos gracia.
“Bueno...Chau... Suerte”- y seguí caminando... y ahí, me encontré con la “siempre la misma”, la que siempre quiere tener la última palabra: “Ves? Vos que te quejás!- en tonito sabe lo todo- A veces sirve no tener telapatía. Te hubieses enterado todo lo que pensó el de vos.”
Maldita!! Maldita!! Ni un ratito me dejas en paz?...
1 comentario:
Linda locura, me encantan esos cuestionamientos, pienso que no deberías sufrirlos, son divertidos. Y el dibujo muy sugestivo, dan muchas ganas que la aguja se acerque y pinche la burbuja. ¿A la niña que está adentro que le sucede cuándo ve esa aguja?
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